Hoy en día, cualquier negocio, sea del tipo que sea y tenga el tamaño que…

Cuánto cuesta una página Web
Construir una página web, ya sea para un proyecto personal, corporativo o una tienda online, implica unos costes que hay que tener en cuenta antes de embarcarse en la aventura.
Normalmente, los emprendedores que ponen en marcha su proyecto en Internet o los responsables de un negocio que quiere tener presencia en la red, quieren conocer el coste aproximado de la acción. Tener este aspecto claro es muy recomendable, no sólo para el cliente sino también para el proveedor de servicios web, ya que ambos conocerán y aceptarán el presupuesto antes de ponerse manos a la obra.
En este artículo vamos a analizar qué aspectos hay que determinar y presupuestar a la hora de crear una página web. Desde luego, no todas las páginas son iguales, ni ofrecen las mismas funcionalidades ni cuestan lo mismo.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de hacer el presupuesto para una web
A priori, son varios y hay que tenerlos controlados. Partimos de la idea de que la persona o empresa que contrata a un especialista en servicios web no tiene por qué conocerlos. Así que, mejor detallarlos desde el principio.
Para construir una página web es imprescindible:
- Comprar un nombre de dominio
- Contratar un alojamiento para la web
- Elaborar los contenidos de la página
- Escoger una plataforma o CMS
- Diseñar la página
- Ponerla en marcha de manera adecuada
- Prever su mantenimiento
Sea cual sea la naturaleza de la página, no podemos prescindir de ninguno de estos aspectos. Veamos, pues, en qué consisten todos ellos.
¿Cuánto puede costarme el dominio y el alojamiento?
Pues, si hablamos del dominio, depende de cuál escojamos.
Los habituales, que acaban en .com, .es, .net… pueden costar unos 18€ al año. Pero, si optamos por otros más personalizados como el nombre de nuestra profesión o servicio, el precio aumenta. En este caso, puede suponer unos 60€ anuales. Aquí hay que prever si vamos a comprar un único dominio o varios, para aglutinar varias extensiones.
En cuanto al alojamiento, hay distintas alternativas que dependerán de las necesidades del cliente:
- Hosting web compartido: es el adecuado para sitios que no van soportar mucho tráfico. Puede ser incluso gratuito, o con un precio asequible en función del plan que contratemos. Es decir, el coste oscilaría entre 0€ y 60€ mensuales.
- Servidor virtual: Ideal si no vamos a tener miles de visitas y lo vamos a usar solo para nosotros. Es un servidor que nos cede en exclusiva una parte para nosotros. En él podemos alojar la web y el dominio y nos ofrece más prestaciones en cuanto a capacidad, cuentas de correo, transferencia de datos, etc. Cuesta de 60€ en adelante.
- Servidor dedicado: se trata de un servidor (o máquina) solo para nosotros. Allí podremos alojar varias páginas web, ya que ofrece mucha capacidad y es muy potente. Es el adecuado para tiendas de comercio electrónico, grandes empresas y sitios que recibirán mucho tráfico. Nos puede costar hasta 700€ al mes.
- Servidor Cloud: es decir, un servidor en la nube. Lo podemos configurar de manera personalizada según nuestras necesidades. Se adapta a nuestra demanda y puede costarnos a partir de 75€ mensuales en adelante.
En cualquier caso, no hay que escatimar recursos a la hora de contratar el alojamiento ya que luego puede traernos muchos problemas si no responde bien a nuestras necesidades. Es mejor valorar bien las expectativas de nuestro sitio y contratar uno acorde con ellas. Tómatelo como una inversión.
¿Quién y cómo debe pensar el contenido de la página web?
Debe planificarlo el responsable de la página, aunque luego los implemente un profesional. Nosotros somos los que debemos saber qué queremos de nuestra presencia en Internet: promocionar un producto o servicio, abrir un canal de comunicación con los clientes, identidad de marca, vender online, captar reservas… hay infinidad de motivos y sólo los conoces tú.
Por eso, el cliente debe tomarse su tiempo para planificar lo que quiere y cómo lo quiere. Luego, tendrá que decidir si requiere el asesoramiento de un profesional externo o si puede realízalo el personal de la propia empresa. Se calcula que hacen falta unas 15 horas de trabajo, ya sea de nuestros propios empleados o de una empresa externa.
Por otro lado, necesitaremos un sistema de gestión de contenidos (llamado CMS) que nos garantizan interactividad con nuestros seguidores entre otras funciones. Hay varias opciones, pero las más conocidas son:
WordPress: responsable de la inmensa mayoría de webs que hay hoy en la red. Lo utilizan millones de personas en todo el mundo y facilita tanto el diseño de la web como su posterior gestión.
Prestashop: está especializado en tiendas de comercio electrónico.
Aparte de estas dos, hay otras opciones menos solicitadas pero que funcionan bien como Magento, Joomla, Drupal… Casi todos son gratuitos y fáciles de gestionar. Pueden incluir elementos de pago, pero éstos son imposibles de calcular a priori.
Y… ¿Qué hay del diseño de la página web?
Cuanto más compleja, más cara. Eso lo tenemos claro.
La suerte es que tenemos a nuestra disposición plantillas sobre las que construir el sitio, adaptándolo luego a nuestros gustos y necesidades. Son los llamados temas y, aunque los hay gratuitos, interesa comprar uno de pago que nos garantice las prestaciones mínimas. Suelen costar a partir de 70€.
Otra opción es diseñar la página desde cero, sin partir de una plantilla. Para ello hay que tener conocimientos explícitos de programación.
En cualquier caso, el diseño de nuestra web siempre debe contar con textos:
- Sintéticos, exactos, que nos definan bien, fáciles de leer, atractivos.
- Optimizados para SEO, con la longitud necesaria y las palabras clave que nos posicionen.
Esto no es fácil, así que es recomendable recurrir a los servicios de un redactor SEO que, si es profesional, nos cobrará entre 100 y 1.000 euros por su trabajo. Hay opciones más baratas, pero con menos garantías.
Y nos queda, lanzarnos a la red…
Una vez lo hagamos, un experto debe controlar la velocidad de carga y el buen funcionamiento de la página: registro de usuarios, imágenes, privacidad, cookies, etc. También hay que buscar asesoramiento para los aspectos legales de la página. Hay profesionales especializados en ello. Esto supondrá un incremento de entre un 10% y un 20% del precio del diseño.
Y, por descontado, hay que prever el mantenimiento web: actualizaciones, dinamización de contenidos, sinergias con las redes sociales. Por ello, hay que incluir la tarifa que pagaremos al responsable del mantenimiento y al Community Manager.
Con todo ello, aunque el precio final dependerá de las características de la web y de los servicios externos contratados, nunca supondrá menos de 1.000 €. A partir de este precio, podemos tener una página de calidad al servicio de nuestro proyecto.
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